La modelo y tertuliana salió impresionada de su visita al Sotón: «Quienes entraban aquí no sabían si iban a salir»

No quería pero tuvo que aceptar. Tamara Gorro, modelo, influencer, tertuliana televisiva y exconcursante de varios «realities» tuvo que ponerse unos calzoncillos. «Yo no quería, pero me dijeron que tenía que hacerlo porque sino me saldrían rozaduras aquí», contó mientras hacía gestos explicativos puesta en pie y señalando las ingles. Fue este viernes en el Pozo Sotón de Hunosa, en El Entrego. Gorro bajó a la mina y claro, hay que hacerlo con todas las medidas de seguridad y eso exige ponerse ropa de minero, no solo la exterior sino la interior. La explicación de los calzoncillos es que protegen las partes sensibles de posibles rozaduras del pantalón y otros elementos del equipamiento, como el autorrescatador.

Lo de la ropa interior fue la anécdota y la «minera» reconoció que lo había pasado muy bien en la visita al Sotón. La hizo acompañada del humorista asturiano Joaquín Pajarón y del radiofonista Manolo H. H.,y guiados por un grupo de mineros. Estuvieron alrededor de cuatro horas a una profundidad que llegó a superar los 500 metros bajo tierra.

«Aquí no se baja para divertirse, esto es una experiencia de vida», remarcó Tamara Gorro nada más salir de las entrañas de la tierra. Reconoció que «no tenía ni puñetera idea de lo que era la mina». Y aprendió mucho. Por ejemplo, «yo no sabía, llámame inculta o lo que quieras, pero creo que hay mucha gente que no sabe que el carbón nace de la madera que lleva ahí enterrada millones de años». Se lo explicaron los mineros que acompañan a los que se atreven a hacer esta visita que ofrece Hunosa en el Pozo Sotón, «un equipazo», insistió Tamara Gorro.

La modelo se mostró además impresionada «por la cantidad de gente que se ha dejado la vida aquí». Lo decía mientras miraba el memorial que hay en el Sotón en recuerdo a los mineros fallecidos en accidente laboral. Son 540 placas, con nombres y apellidos, que recuerdan que «cuando entrabas a trabajar en una mina no sabes si vas a salir, si vas a vivir o a morir», como explicó Gorro. «No somos conscientes», subrayó, «de lo que supone eso, de que cuando sonaba la alarma (el turullu) antes de tiempo, las familias venían corriendo y no sabían si se iban a encontrar a un padre, un marido, un hijo o un hermano muerto». Le quedó muy claro a la madrileña que «sin querer menospreciar ningún trabajo, no creo que haya nada que supere esto, no creo que haya un trabajo más duro».

Tamara Gorro salió encantada de la mina y también reconoció su amor por Asturias, uno de sus lugares favoritos, «un sello para mí», dijo. Ante el público que asistió a la clausura de la Feria de Turismo Minero e Industrial (Fetumi) que organiza Hunosa, la modelo afirmó rotunda que «lo que hay aquí (en Asturias) no lo vamos a tener jamás en Madrid».

De recuerdo se llevará la marca del carbón en la raya del ojo. «Espero que no dure mucho», bromeaba. En realidad, ella quería «coger un avión esta tarde e irme a casa a estar con mis hijos». «Somos unos privilegiados con la vida que tenemos», reflexionaba junto al castillete del Sotón. Le había quedado claro tras conocer las entrañas de la tierra.

Fuente: La Nueva España

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