A las galerías accedieron 1.271 turistas y el Centro de Memoria de la Minería recibió a 3.528, mientras que 5.200 acudieron a la Feria Minera

Las visitas a las instalaciones del pozo Sotón de Hunosa, la gran “catedral” de la minería ahora reconvertida en centro turístico, volvieron a crecer el año pasado.

Pasaron de poco más de diez mil personas a 11.404 visitantes, y eso teniendo en cuenta que las visitas al interior del pozo tuvieron que interrumpirse durante todo un mes –el de agosto, el más turístico del año– por culpa de un incendio que obligó a extremar las medidas de seguridad en el complejo.

Más concretamente, las visitas a las instalaciones del pozo Sotón se dividieron de la siguiente forma: 1.271 personas bajaron al interior de la tierra y realizaron la visita al pozo (en agosto no pudieron llevarse a cabo). El Centro de Experiencias y Memoria de la Minería (CEMM) contabilizó por su parte 3.528 usuarios, a lo que hay que añadir 5.200 personas durante Fetumi (Feria de Turismo Minero), 832 visitantes al memorial y 573 personas más en distintas actividades (visitas exteriores, Santa Bárbara). En total, tal y como expresan los datos de Hunosa, pasaron por el Sotón 11.404 personas. Son algo más de un millar más que en el ejercicio 2017, por lo que el uso turístico y cultural del centro va consolidándose.

El Sotón, que es Bien de Interés Cultural (BIC, el máximo reconocimiento que se puede dar a un edificio o instalación), funcionó como centro de trabajo para extraer carbón desde 1922 hasta diciembre de 2014.

Se abrió a las visitas en junio de 2015. El Sotón fue la primera mina del mundo que abrió sus galerías al público permitiendo al visitante, equipado con su auto-rescatador y su lámpara de mina, llevar a cabo, durante una jornada laboral, todas las labores propias de los mineros: picar carbón, barrenar un frente de galería o viajar en un tren de personal que transita, en ocasiones, a más de mil metros de la superficie recorriendo angostas galerías.

El pozo Sotón ha promovido, junto al Museo de la Minería de El Entrego y el Ecomuseo minero del Valle de Samuño, en Langreo, una marca común para difundir el turismo minero, denominada Minas de Asturias. Uno de los puntos más emblemáticos del recorrido por el interior de la mina de El Sotón es la chimenea de “La Jota”, un paso muy estrecho de una pendiente muy pronunciada (en algunos tramos casi vertical) ubicado entre las plantas octava y novena del pozo, a medio kilómetro de la superficie.

Se trata de una chimenea de ventilación, utilizada también como salida auxiliar, ejecutada manualmente
y reforzada únicamente con piezas de madera. Tiene una longitud de 100 metros.

Fuente: La Nueva España